TREINTA AÑOS
Treinta años ya de aquel MISERERE del 1991 en Valverde del Camino
Un poco de historia.
El canto del MISERERE en Valverde estuvo, desde siempre liado al interpretado en SEVILLA.
El «Miserere» de Eslava se cantaba las noches del Jueves y Viernes Santo dentro de la liturgia de la Semana Santa, por lo que la multitud de fieles asistentes al culto lo escuchaba, naturalmente, de forma gratuita y en silencio. Pero era costumbre que el Miércoles Santo a las doce del mediodía se hiciera un ensayo general con público, previo pago de una entrada cuyo importe era destinado a fines benéficos. Este ensayo general se hacía en el patio del Archivo de Indias y constituía un acontecimiento cultural y social de primer orden en donde, además, los amantes de la lírica tenían la única oportunidad de aplaudir o criticar, negando su aplauso, a los ejecutantes, cosa imposible en la Catedral.
Por su importancia, la prensa de la época se hacía eco de ello y así «El Noticiero Sevillano» en su edición del día 25 de marzo de 1902 bajo el titular de «El Miserere. Ensayo General» y El Porvenir en la del día siguiente con el de «El ensayo del Miserere», tras describir el aspecto que ofrecía la Casa Lonja «cuyo hermoso patio y naves se vieron completamente ocupados», ofreciendo un animado conjunto lleno de luz y color, en el que destacaban los
tonos alegres de los trajes de las damas que daban con sus figuras mayor encanto, ofreciendo aquel lugar un hermoso aspecto, «en Semana Santa y hace un siglo». La prensa nos relata de forma pormenorizada este ensayo, cuya entrada costaba ese año una peseta y cuya recaudación se destinaba al Asilo de San Fernando. En esta ocasión presentaba dos sorpresas. La primera es que por enfermedad del Maestro de Capilla don Evaristo García Torres, profesor entre otros de Joaquín Turina, dirigió las interpretaciones el Tenor de la Catedral
don Agapito Insausti a un nutrido conjunto pues «En el presente año, el Miserere será ejecutado por 140 personas, entre profesores y cantantes, 30 más que el año anterior».
La segunda, sin duda la más importante: «Pero había una novedad en el reparto de voces: La sustitución en la ejecución del «Rede», (sic) de dos tenores, por los niños seises de la Catedral, Antonio López y Francisco Díaz». La novedad agradó tanto al público que, amén de tributarles en el ensayo una gran ovación, pidió la repetición del versículo por lo que el director Sr. Insausti se dirigió al público suplicando que desistiera de su solicitud, pues los pequeños cantores se hallaban cansados. La crónica periodística del acto que llega a nombrar, una por una, a más de cuarenta personas de entre los asistentes por su importancia religiosa, política o cultural tiene este inefable final: «El desfile del público que asistió al ensayo general, resultó muy lucido».
Un anónimo crítico de «El Noticiero Sevillano», en su edición del día 27 de marzo de 1902, después de hacer una descripción del ambiente dentro de las atestadas naves de la Catedral, iluminadas apenas con «los cirios colocados en lo alto de las columnas», a la que asisten «en la capilla de la Antigua una representación del Ayuntamiento y el gobernador civil» va comentando los pormenores de la actuación.
Felicita efusivamente a director, orquesta y coros y con respecto a los interpretes de responsabilidad, del tenor Sr. Iribarne, dice «… el mejor momento fue en el salmo Jerusalem. Al modular esa frase supo darle tan apasionada inflexión, que conmovió a los oyentes, escuchándose murmullos de aprobación, aunque contenidos por la santidad del lugar». Tras ignorar la actuación de don José Ibáñez, contralto y beneficiado de la Catedral,
en su interpretación del Amplius lavame, del bajo Sr. Riera se limitó a decir un escueto: «Estuvo bien».
Pero a continuación emplea la artillería cuando dice, «No debemos decir esto, en absoluto, de los dos jóvenes seises; pues aparte de resultar expuesto a error confiar a la discreción de niños la difícil parte de tenores que se les ha encomendado, la escasa potencia de los pulmones a esa edad, y el hallarse desposeídos de recursos -que sólo la práctica enseña- son suficientes razones para suponer, y disculpar, que no lograsen agradar completamente al auditorio, y con efecto, en una de las veces que cantaron solos, uno de los niños perdió la
voz; y aun cuando quisieron ambos remediar la falta atacando valiente, desesperadamente las notas mas agudas, lo hicieron con poca afinación y, claro está, no convencieron del todo»
Pobres chavales… seguro que el palo hizo crujir sus infantiles costillas de pioneros; la crueldad no parece ser un invento reciente. Pero lo importante es que el camino estaba abierto, porque hoy sería impensable un «Redde» cantado por dos tenores o por dos sopranos, como hicieron no hace mucho en Madrid.(*)
(*) El «Miserere» de Eslava hace un siglo. JOSÉ MANUEL DELGADO, 23/03/2002
Tras haber actuado en Badajoz el 19 de marzo de 1991, la Coral de la Real Agrupación y la Orquesta de Cámara de Badajoz actuaron en la Iglesia Parroquial de Valverde bajo la dirección de Antonio Garrido Gamonoso en los días previos a la Semana Santa de aquel mismo año de 1991.
CRISTUS FACTUS EST.
AMPLIUS. Felix Navarro, contratenor.
«REDDE«. Un poco de historia.
En 1902, hace por tanto más de un siglo, por primera vez, de nuevo, cantaron el versículo «Redde» dos niños, pues hasta entonces lo hacían dos tenores.
Recordemos lo escrito más arriba «No debemos decir esto, en absoluto, de los dos jóvenes seises; pues aparte de resultar expuesto a error confiar a la discreción de niños la difícil parte de tenores que se les ha encomendado, la escasa potencia de los pulmones a esa edad, y el hallarse desposeídos de recursos -que sólo la práctica enseña- son suficientes razones para suponer, y disculpar, que no lograsen agradar completamente al auditorio, y con efecto, en una de las veces que cantaron solos, uno de los niños perdió la
voz; y aun cuando quisieron ambos remediar la falta atacando valiente, desesperadamente las notas mas agudas, lo hicieron con poca afinación y, claro está, no convencieron del todo»