Del Cancionero de la Guerra de la Independencia.

Seguidillas de Pepe Botella

Pepe (José Napoleón I) reinaba en Nápoles en 1808, cuando su hermano le hizo llamar a Bayona para darle un regalo envenenado: gobernar un país en guerra, muy dividido políticamente y que hacía unos meses ya había depuesto a un rey para poner otro (Carlos IV por Fernando VII).

Fue llamado José Postrero, José Ninguno, Pepino y El rey plazuelas, por todas las plazas que abrió en Madrid.

Pepe Botella

baja al despacho;

No puedo ahora,

que estoy borracho.

**

Anoche, Pepe Botellas,

anoche se emborrachó

y le decía su hermano:

borracho, tunante, perdido, ladrón.

**

Ya se fue por las Ventas

el rey Pepino,

con un par de botellas

para el camino.

**

En tu cuerpo han entrado

tantas bodegas,

que hasta el vino tienes

El alma llena;

de lo que infiero

que de cántaro el alma

tiene tu cuerpo.

**

Pierde cuidado, Pepe,

que aunque no quieras,

has de ser rey de España

por tus botellas,

pues ellas solas

te harán de tus estados

gran rey de copas.

Cádiz.- La bella ciudad marinera dio al tono heróico nacional resonancias nuevas, la
marítima de la Isla de León y la política de la Junta Central, las Cortes y la Regencia. Los
gaditanos, en posición tan capital y cimera durante la contienda, estuvieron a la altura de las
trascendentales circunstancias con singular ardimiento y alegre derroche de valor y sal.
Váyanse los franceses
en hora mala,
que Cádiz no se rinde,
ni sus murallas.
**
Con las bombas que tiran
los fanfarrones
hacen las gaditanas
tirabuzones.
(Otra versión comienza: «Con el plomo que tiran».)
**
En Cádiz una escuadra
la vimos entregar
a Morlá y Apodaca,
rendida en tierra y mar.
Rosilly, que era el jefe,
le llena de pesar
ver sobre su bandera
la nuestra tremolar.
**
Con las bombas que tira
el mariscal Soult
hacen las gaditanas
blondas de tul. (*)

(Hay una variante que improvisó un actor, según Alcalá Galiano, en la que los versos
segundo y cuarto son el «farsante Soult» y «toquillas de tul», respectivamente).

Valverde del Camino.

Población de paso para la Grande Armée (*)


Era domingo 11 de abril de 1810 cuando 600 soldados franceses entraron en Valverde por primera vez con las consecuencias habituales. Al día siguiente, la guerrilla de Ayamonte, comandados por Pedro Gil, el teniente capitán Pedro Pierra con 40 soldados y todos los escopeteros de la zona, sostuvieron con los invasores un tiroteo en el camino que iba de Valverde a Zalamea. El resultado fue que los invasores se retiraron a Valverde y a la mañana siguiente hacia Trigueros, perdieron entre ocho y diez soldados según las fuentes que hemos podido consultar . Por su parte, los españoles solo perdieron a tres hombres.
No tenemos nuevas noticias hasta el 2 de septiembre, momento en el que las fuerzas francesas salieron de Valverde con dirección a Beas, lo cual implica que con anterioridad debieron permanecer algún tiempo en la localidad, pero en los archivos no existe noticia alguna sobre esta deducción. Aunque sabemos que poco después, por un documento fechado el 8 de aquel mismo mes , que la villa estaba sin alcalde mayor, pues
en la noche del día 2 (el mismo en el que los franceses la habían abandonado) fueron apresados los alcaldes ordinarios José Bernal de los Santos y Blas Martin Moya por orden de Francisco Copons y Navía, jefe del ejército español del Condado, y conducidos a Ayamonte. Esta situación nos lleva a pensar que si bien no fueron partidarios declarados del nuevo monarca (algo complicado al no ser un pueblo tomado por las fuerzas de José I) o al menos sí tuvieron un comportamiento cercano y colaborativo con la soldadesca que acababa de abandonar la villa.

Tardarían algún tiempo en volver los imperiales, por lo menos según nuestro conocimiento, hasta finales de febrero y los primeros días de marzo de 1811, momento en que los franceses que controlaban la zona del Condado entraron en la villa para realizar varias correrías.

La anterior sería la última vez que las autoridades se preocupasen por satisfacer a las fuerzas de ocupación, al menos no existe más información sobre ello. Lo que es cierto es que a mediados de agosto de 1812 tenemos la absoluta certeza que los soldados franceses habían abandonado para siempre los alrededores de este pueblo, ya que el 15 de agosto se hablaba de las causas que habían impedido que se celebrase y se jurase la Constitución de Cádiz tres días antes. Este acto fue fijado finalmente para el 30 de dicho mes y contaría con la presencia de las tropas que se encontrasen para entonces en el municipio , las cuales harían salvas de fusilería. Además, se haría una misa solemne, función de gracias, repique de campanas y las casas de los vecinos quedarían iluminadas
por la noche. Al llegar el día 30, se realizó la función como estaba programada y gracias al escribano del cabildo Salvador José de Casos, podemos saber cómo se desarrollaron los hechos exactamente , los cuales no estuvieron exentos de sobresaltos

Y después de cantado el Evangelio se predicó por el Padre cura más
antiguo Don Fernando Gámez y Gordillo el sermón Pastoral conveniente
a las circunstancias. Y continuada la misa al tiempo de su ofertorio
[ subió al púlpito el cura primero beneficiado don Bernardo
Antonio Foyo y Candosa, y leyó en inteligible voz la constitución
política de nuestra Monarquía Española, y concluida su lectura hizo,

dicho párroco, una breve exhortación correspondiente al objeto. Y
después de haberse concluido la misa, congregado todo el clero, y
puestos en pie en el presbiterio del altar mayor, y el Ayuntamiento en pie
en su sitio acostumbrado , por dicho señor párroco vuelto de frente, se
dijo en alta e inteligible voz, hablando con ambos cabildos, eclesiástico y
secular: ¿Juráis por Dios y por todos los Santos Evangelios , Generales y
Extraordinarias de la nación española, y ser fieles al Rey?
A lo que
respondieron todos a una sola voz: Sí, juro. Y todo el pueblo también
prorrumpió: Sí, juramos. Y enseguida el reverendo clero entonó y cantó
el Te Deum. Se solemnizó la función haciéndose salvas de fusilería al
acabarse la lectura de dicha constitución […].

El Alférez comandante Tinoco en dicha ocasión, y con el decoro debido al lugar, desfiló en orden con los cuatro soldados de guardia, y en el atrio de la Iglesia, al finalizarse la exhortación del párroco, pronunció:

¡Viva la Constitución!
¡Viva la Patria!

¡Viva el Rey!

Y mandado dar fuego se hizo la descarga, pero con la desgracia de que una chispa de fogón se introdujese dentro de una olla de barro llena de pólvora que un muchacho tenía. Y en la ocasión estaba junto a dicho oficial los cuales dos experimentaron su estrago, quemándose el rostro, brazo y ropas bastantemente, aunque no se teme peligro de la vida de dicho oficial ni muchacho, que es el que más padeció. Y habiéndose también solemnizado esta función con luminarias la noche antecedente y candelas que encendieron por las calles los
vecinos, al tiempo del repique general, y todos ellos, hombres y mujeres y niños, corrieron alborotados, los últimos calzados de cencerros y muchos de los primeros sin cesar haciendo salvas con escopetas prorrumpían en voces de vivas y de universal aclamación y júbilo así por el acto celebrado como porque en esta ocasión celebraban también las plausibles noticias de la entrada de nuestras tropas y aliados en las capitales de Madrid y Sevilla, y demás favorables que han circulado

General Francisco Copons Navia.1812

En este ambiente término la etapa de la invasión en Valverde, con los franceses evacuando Andalucía y las autoridades españolas descontentas con la actitud de los poderes locales, un descontento que curiosamente podemos empezar a rastrear en los primeros meses de 1810 , ya que recordemos cómo fueron arrestados los dos alcaldes ordinarios por orden del mariscal Copons.

VÍDEO .Seguidillas de Pepe Botella ambientadas en fotografias del Valverde del Siglo XX. La Feria del Ganado y Casa Dirección

(*)Andalucía durante la ocupación francesa (1810-1812)
Repercusiones en las provincias de Huelva y Sevilla.
Trabajo de investigación de Tercer Ciclo presentado por
Manuel Gómez del Valle

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