Con motivo de la presentación del libro «La Escuela Sevillana de Pintura’, de August L. Mayer, traducido por Daniel Romero y que en esta edición cuenta con la revisión crítica del catedrático de Historia del Arte Enrique Valdivieso. Tuvimos la ocasión, en un rato muy ameno de charla con Carmen Laffón asistenta al acto de presentación en la Feria del libro de Sevilla el 12 de mayo de 2010, de hablar de su obra en la Ermita del Santo, en los comienzos de su carrera artística.
Daniel pone en valor con esta obra, originalmente escrita en alemán, fue publicada en 1911, lo que supone «uno de los primeros libros en la historia del arte»el autor alemán creó la primera metodología de estudio de esta disciplina, y lo hizo destacando la escuela sevillana, la «más atractiva para él de toda España»
En nuestra conversación, recordaba Carmen con nitidez la blancura de la Ermita, la luz del cabezo del Santo y su amplio horizonte con las dehesas al fondo, mujer afable, dulce, encantadora.
Mi felicitación más sincera por su reciente nombramiento de Hija Predilecta de Andalucía, también a toda la hermandad de los Nazarenos Negros y a todos lo valverdeños por ser usufructuarios de un trozo de la obra artística de Carmen Laffón.
«Observar su obra», nos recomienda Antonio Banderas Hijo Predilecto también, como Carmen Laffón de Andalucía cuando de ella habla y elogia su obra en el discurso pronunciado el pasado jueves en el Maestranza. Ese ha sido y es nuestro privilegio como valverdeños, poder observar, admirar desde hace más de cincuenta años; el conjunto de bocetos que Carmen Laffón creó para que Vallejo, lo combirtiera en las Vidrieras que tamizan la luz de nuestro Cabezo del Santo y embellecen para gozo de los valverdeños nuestra Ermita del Santo. «La vidriera cuando está conseguida, es una dadora de luz sagrada, de luz celestial . El hueco por donde entra la luz de los Santos».
Carmen Laffón supo interpretar el sentido del encargo que le hizo la Hermandad; representar en esquema ese proceso unitario que es la Historia de la Humanidad vista por el cristianismo. Desde la génesis a la resurrección.
«Creo que para pintar las cosas de Dios hay que colocarse lo mas humilde y simple que nos sea posible». Estas pues fueron mis intenciones, aparte del verdadero cariño que puse en hacerlas, primero por lo que representaba para mi interpretar temas tan maravillosos, después por ser para esa Ermita tan bonita y tan blanca y para una ciudad y un paisaje tan maravilloso como ese de Valverde», escribía en una carta a la hermandad de los Negros.( *)
En Ias vidrieras del cancel el tema de la iniciación, tomado del Apocalipsis de San Juan (21 y 21) «Y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo de cabe Dios, radiante con la gloria de Dios. . . tenia un muro grande y alto con doce puertas. . . Y caminaran las gentes guiadas por su luz.. .» «Y me mostró un rió de agua de vida, luciente como cristal, que salían del trono de Dios y del Cordero. En medio de las calles, a una y otra mano del rió, árboles de vida, que dan frutos doce veces al año.. . ‘ « (*)
Juntamente con el rosetón, completan estas vidrieras de la puerta la trilogía excelsa del evangelio: SOY CAMINO, LA VERDAD, LA VIDA Este es el mundo recién creado, estremecido aun de las manos de Dios. Un mundo feliz: el sol, la luna, los cielos, el mar, las tierras, los árboles entrevisto en nuestro paisaje de entrañables matices.( *)
Un fondo de exuberante vegetación” toda suerte de árboles gratos a la vista”. Un Sol próvido que da calor y vida a paraíso. La serpiente ha hecho ya su obra. Eva, a la sombra del árbol del Bien y del Mal, convencida, tentadora y triste, ofrece a Adán el fruto prohibido. Sobre la desnuda inocencia de la primera mujer, la vergüenza sonrosada del primer vestido. Del primer pecado.
Pero el Hombre caído no está dejado de la mano de Dios. La tierra tiene en el cielo Ia esperanza de su redención. Aquí se representa Ia escala de Jacob, por donde subían y bajaban desde el abierto firmamento – blanco – azules – dorados – Ios Ángeles del Señor a poner verdores luminosos en un mundo ensombrecido.( *)
Está la Nochebuena. Una noche radiante bajo un milagroso Sol, recién nacido. Y la Humanidad, reencontrado el camino de Dios, se acerca a Belén con sus regalos, – leche, miel, flores – con su alegría esperanzada.( *)
Son los niños, los niños de todo el mundo, en toda la escala de los sueños y los juegos: “ En verdad os digo, quien no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él.( *)
Llega derrotado, andrajoso. El Pródrigo gasto su fortuna lujuriosamente, con las mujeres publicas de la ciudad. Pero quedan los brazos acogedores del Padre.( *)
He aquí el la arquitectura del dolor Bajo la inmensa Cruz de Cristo, todas las cruces del mundo. Bajo los brazos abierto de la Madre, todos los dolores de los Hijos. Las Marías, un hombre solo pegado a la Cruz, lloran.Es la gran tarde, bajo un cielo atormentado en que el hombre va a enterrar a su Dios.( *)
Nos dejo su Iglesia, unida y santa en la comunión de los Santos. Grano a grano – así las uvas doradas en Septiembre a sus racimos – cada Cristiano esta unido a su hermano en este cuerpo Místico bajo el latido de un solo –e inagotable- corazón. Pero esta es la sorpresa. No lo hemos enterrado, a pesar de nuestro crimen. Un Ángel – de bronce y ámbar- apunta al resplandor de la gloria entreabierta, a donde voló la vida. Los nardos se mustian en las manos de las Marías. ¡Cristo verdaderamente resucitó!.( *)
Volverá. Será su Parusia. En el esplendor de grandes cielos desplegados aparecerán sus Ángeles tocando la gran Llamada. Unos hacia la Luz. Otros hacia la sombra eterna. Aquí se representa la Resurrección de los Muertos.( *)
( *) Boletin nº 10 y último de la Ermita del Santo. 30 de marzo de 1961, jueves santo.