En Valverde, una mañana del mes de julio pasado, bajo un cielo singular de un ocre pirolusita impactante …

El color del cielo no era el habitual del de mi pueblo. Cuando voy a Valverde me gusta dar una vuelta por sus alrededores, disfruto observándolo desde afuera a dentro . Desde el Cabezo de los Molinos del Santo, fui yéndome hacia levante, por los pagos del Ejido de La Charca, el Camino del Cementerio Viejo al sur de Triana pasando por lo que fueron Los Calistrales del Agua Sucia , el Corralón de los Tomiza allá por donde pastaban las vacas del Pollo, dejando a mi derecha el Camino de Jaras Viejas que conduce a lo que fue Villamaría la finca del cura Don Luis Arrayás Berrocal, hasta llegar a los Ejidos de Los Pozillos y allí, en el Cabecito Pelao, frente a La Tenería Andaluza, la que fue nuestra Fábrica de Curtidos.

Recordé unos versos de Rafael Alberti , Baladas y canciones del Paraná (1954), concretamente la canción 8 ,escritos desde su exilio. Me encontraba, justo, paseando por el Cabecito Pelao desde donde observaba ensimismado la Huerta de la Fábrica de Curtidos, más bien lo que había quedado de ello; la alberca, el pozo, los inexistente arriates y arboleda de frutales, las tapias, ¡los humedales! (inexistentes humedales) y la vecina Dehesa de los Machos con la Isla del Camposanto o Cementerio Nuevo al fondo, en el alto…

«La Fuente vacía»

«Hoy las nubes me trajeron,

volando, el mapa de España.

¡Qué pequeño sobre el río,

qué grande sobre el pasto

la sombra que proyectaba!

Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi pueblo y mi casa.
Entré en el patio que un día
fuera una fuente con agua.
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre sonaba.
Y el agua que no corría
volvió para darme agua.»

Esta última estrofa de la Canción 8, musicalizada, me inspiró para dedicar este vídeo a VALVERDE, el Valverde de mi adolescencia y hoy también, como en el caso del poeta; el Valverde desde mi «Paraná»