«La ciudad de los botos». Valverde en la prensa alemana, WELT del domingo 29 de abril 2012

El pasado 2 de diciembre de 2011 acompañé a Nika  Scheidemandel, periodista alemana, a Valverde. Habia contactado conmigo previamente tras leer una de las entradas de este blog. Tenía intención de conocer a fondo nuestra industria del calzado, su origen, estructura, etc. . Pero sobre todo. deseaba comprobar «in situ» el caracter artesanal de los productos «made in Valverde».

Nos acompañó el fotógrafo Daniel Velazquez y Aurora Mora Montín a quien desde aquí agradezco su colaboración e interés que, en todo momento nos brindó. Hoy mostramos parte de nuestro trabajo con el resultado de este reportaje de Nika publicado el pasado domingo 29 de abril en el Welt alemán. Gracias por supuesto a José Torres Arroyo, su hijo y nuera. Gracias a Manolo Cejudo «Antoñé jr.» y a su encantadora mujer, excelentes anfitriones y por último gracias también a Antonio Mora, mi sobrino por su exquisita amabilidad .

Welt del Domingo 29.04.12

La ciudad de los botos

Los llevó ya Bo Derek. Hoy Claudia Schiffer y Kate Moss ensalzan los botos de Valverde, un pueblo del sur de España. Una visita a los verdaderos maestros.

Por NiKa  Scheidemandel    

Traducción: Daniel Romero

En la región española de Andalucía, cerca de la frontera con Portugal, se encuentra Valverde del Camino. En este pueblo de 13.000 habitantes se suceden desde 1912 unas maravillas de botos. Hasta hoy el 90 por ciento de sus habitantes vive de la manufactura del calzado.

Catherine, duquesa de Cambridge, es una de las personalidades que creen en los botos del lugar. En cualquier caso, los zapatos de piel hechos aquí, sobre todo el boto y el boto de media pierna, se consideran como algo exclusivo.

¿Pero se hacen a mano realmente? ¿O también esta industria está amenazada por la crisis económica?

En el centro de Valverde tiene su propia tienda, con taller anejo, Manuel Cejudo, un hombre en la mitad de los cincuenta. Su padre, muerto hace poco, fue una especie de corifeo del zapatero de botos. Gran parte de los modelos de calzado salidos de Valverde, copiados luego mil veces por otros fabricantes, se deben a sus propuestas y su saber.

Manuel Cejudo siguió las huellas de su padre. Las paredes de su tienda están salpicadas de recortes de prensa y fotografías de estrellas del cine, del deporte, del flamenco y del toreo. Una de ellas es el piloto de Ferrari Alain Prost. Su foto cuelga junto al retrato firmado de la estrella del toreo José Tomás, el más temerario de los toreros de España, para el que Manuel Cejudo acaba de hacer unos botos del mejor becerro. También el director español Pedro Almodóvar y la princesa noruega Mette-Marit posan con los zapateros.

Fue en el año 2002 cuando los dos diseñaron para la entonces estudiante de 19 años Kate Middleton los primeros botos con look de caza y los cortaron a la medida, personalmente, de su alargada pierna.

Los botos hicieron furor. Estaban basados en un modelo de los años de 1960, un valverdeño clásico, de todos modos transformado en alta clase con nuevos métodos de fabricación y la mejor piel. En aquel entonces Kate vino a Valverde acompañada de la diseñadora inglesa Penélope Chilvers. Ésta, acabada su formación profesional, había pasado varios años en Barcelona y en sus paseos a caballo llevaba las botas de montar españolas tradicionales. De este modo tomó conciencia del potencial de este calzado tradicional.

En pocas palabras, hizo un viaje a Valverde, compró 100 pares de botos hechos a mano y en tan sólo un mes los vendió todos a través de una boutique en el noble barrio londinense de Nottingh Hill.

Animada por el éxito, Chilvers se puso manos a la obra y creó su primera colección de calzado propia, que presentó en la parisina Fashion Week de 2005. A partir de ahí, durante años, la diseñadora encargó a Manuel  y Pepe Cejudo que atendieran a sus clientas más exclusivas con modelos hechos por ellos a medida. Se explica así que ahora la actriz Cate Blanchett y las modelos Claudia Schiffer y Kate Moss sean fans confesas de los botos de Valverde, siempre con el nombre de Penélope Chilvers.

Manuel Cejudo se pone un poco pálido cuando se entera de que los botos de su casa se venden en Inglaterra a una media de 450 euros el par. – Penélope Chilvers, en este tiempo, se ha hecho millonaria con los zapatos. En casa de Cejudo se puede obtener un par tan sólo por la cuarta parte de ese precio, pero este industrial respeta lo acordado. Al fin y al cabo, argumenta, él hace zapatos por tradición y está muy contento con su vida y con lo que gana. Lo que falte en el presupuesto familiar, lo completa su mujer con los ingresos por sus pinturas de caballos.

Recuerda Manuel Cejudo que ya en los años de 1950  vivió Valverde el primer boom internacional del boto. Su padre lanzó entonces el «boto campero», una bota alta lisa con una tira modelada en los laterales exteriores. Respondiendo al gusto tanto de caballero como de señora, consiguió fama por primera vez también fuera de España -gracias a ayudas importantes.

El director y actor John Derek descubrió esta obra de artesanía, durante un rodaje en Hollywood, en los pies de un político. Al poco tiempo se vio a Derek en Valverde, cuando se presentó donde Pepe Cejudo para hacerse a medida su primer par de camperos. En las tres décadas siguientes, tres de las cuatro esposas de la estrella cinematográfica, Ursula Andress, Linda Evans y Bo Derek, hicieron el viaje a este alejado pueblo andaluz para encargar calzado personalmente.

Y el calzado alcanzó incluso fama musical: en el verano de 1962 la artista norteamericana y activista política Suze Rotolo se trasladó de Nueva York a Europa, y al amado que había dejado allá le envió como consuelo unos botos de Valverde. A raíz de eso él compone una balada: en «Boots of Spanish Leather» (NT: «Botas de piel española») cuenta, con su inconfundible cantar hablado, la historia de sus relaciones. El nombre del amado: Bob Dylan. Más o menos por aquella época Cejudo senior desarrolló nuevos modelos de botos, cuyas imitaciones fueron fabricadas  pronto por todos lo zapateros del pueblo. Y así ha sido hasta hoy.

Pero, en el fondo, la historia de las célebres botas altas españolas comienza ya mucho antes: en el año 1873 un zapatero valverdeño, un tal Manuel Montero, participa como único español en la Exposición Universal de Viena. En ella gana, con un zapato de señora, la distinción principal. Un síntoma madrugador, ya que no es hasta 1912 cuando arranca la industria de la piel local, se abre la primera fábrica de calzado. Los modelos más fabricados son unas botas fuertes para trabajadores del campo y criadores de caballos.

El innovador Romero Pérez, dueño de una fábrica y conocido hasta hoy en el lugar sencillamente como «Don Zapato», instala dos modernos sistemas de producción. Uno sirve para producir suelas cosidas por los cercos, y con el otro el corte se cose a la suela por el interior logrando que la puntada no se vea. Al mismo tiempo el fabricante alemán de máquinas de coser Singer pone en el mercado nuevos aparatos para los trabajos con piel. Hay unos capaces de perforar los agujeros para las agujas y perforar la piel. Los llamados «cortadores» se encargan de cortar a mano las piezas para la pala, el empeine, el talón y las tobilleras; es  un procedimiento que se ha mantenido hasta el día de hoy. Cortan la piel sobre una mesa de trabajo y la acoplan a una horma de madera con forma de pie que recuerda a un tensor de calzado. Con las nuevas máquinas de coser este trabajo se ha acelerado enormemente desde hace 100 años, y de pronto los 150 trabajadores mejor formados están en condiciones de acabar 500 pares de zapatos al día. La calidad y la disponibilidad de estas botas hacen posible el éxito nacional en España.

 Hasta el día de hoy José Torres es el cortador más célebre del lugar. Este hombre de 80 años (1932) trabajaba ya en 1952 en la primera fábrica de calzado de Romero.

En un pequeño taller, que se encuentra encima de su cocina y al que se accede por unas escaleras de madera, hace él, aparte de botos de montar y de los clásicos de Valverde, las impresionantes «botas de guarnición». Se trata de unas botas altas cortadas a medida con guarniciones hechas a mano, que calzan toreros y caballistas ricos en manifestaciones públicas y festivales.  Con la precisión y concentración de un verdadero maestro, el señor Torres, con mano tranquila, corta el complicado dibujo en la piel. El resultado es tan intachablemente bello que merecería un premio de diseño. De este modo, el nuevo comeback del zapato  de Valverde habla por sí solo.

2012

Pedidos de zapatos hechos a mano y a medida de los maestros Cejufo y Torres, a:

valverdehandmade@gmail.com (Link: mailto:valverdehandmade@gmail.com)

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