El Cura de San Gil, los frescos de Rodriguez y Marín Vizcaíno

Hasta el 30 de octubre de 1990, fecha de su falleciemiento, durante varias décadas, fue D. Manuel Dominguez Bermejo el cura párroco de San Gil y por lo tanto con la Basilica de la Macarena a su cargo, «el pariente» , así le llamaba mi padre, primo segundo suyo, hijo y hermano de zapateros de los de pedigree, de los «Poleos», cuya memoria se perpetúa, entre naranjos,  desde 1991 en la plaza de San Gil.

Fue en 1991 cuando conocí a Rafael Rodriguez Hernández, hijo mayor de Rafael Blas Rodriguez Sánchez  (1885-1961) y Amalia Hernández Amado, cuando se encontraba en pleno desarrollo del encargo para pintar los frescos de la Basilica de la Macarena que recibió de la EXPO 92 al formar parte, la Basílica, del Pabellón de Sevilla en la Expo.  Nos presentó  José Luis de Pablo-Romero y Cámara, Hermano Mayor entonces de la Hermandad.

Poco más tarde, año 2000, Rafael Rodriguez ayudado por el pintor local Pepe Bonaño, llevó a cabo la restauración y puesta en valor de los frescos de la Capilla del Sagrario de la Iglesia Parroquial de Valverde. Años antes, su padre, realizó las pinturas murales del camarín de la Virgen del Reposo ( 1942) y su hermano más pequeño, Juan Antonio Rodriguez Hernández (octubre 1922), en otra entrada  nos ocuparemos de él y de su padre, realizó la decoración pictórica del Altar Mayor de nuestra Iglesia Parroquial. Suyas son las pinturas que lo  enriquecen.

La obra de Rafael Rodriguez Hernández, falleció en agosto de 2003, está presente  además en la Parroquia del Tiro de Línea y en San Román de Sevilla.

Macareno, de los primeros en antigüedad, fue Juan Marín Vizcaino, presente siempre  e impulsor en 1959 y desde 1973 hasta 1985  su director,  del Boletín de Cofradias del Consejo de Cofradías de Sevilla. Gran divulgador de la Semana Santa de Sevilla y por ende de toda Andalucía.