Viacrucis penitencial de Sevilla.
Un tanto desangelado
El pasado lunes 22, en la tregua que el tiempo nos brindó cuando comenzaba a caer la tarde, con un cuarto de luna en lo alto y un bonito azul en el cielo, pude contemplar ante el Convento de San Buenaventura, con el titinéo de cucharillas y platos del Horno homónimo al Convento, el paso de la comitíva que en Via Crucis dicuría desde la Carretería a la Catedral.
La hora, la gente y el lugar un tanto desangelados hasta que aparecieron el discreto monte de flores moradas entre la nube de incienso y el sonido acorde racheado de los hermanos porteadores el impresionante Crucificado Cristo de la Salud , precedidos de la música de capilla a madera y capella del grupo vocal. Todo correcto, eso sí, pero daba la sensación de que algo faltaba; ¿Pellizco, tal vez?