Camino de los Pocillos
Desde el Molino de Pujíma
Para ir «entrando en leche», me he metido a leer el recorrido de la Procesión de este año, el año pasado recuerdo que yendo en la Diana de la Virgen nos metimos por detrás de la ermita de la Trinidad hacia las calles Peñuelas pero inmediatamente, nos volvimos para continuar por el Peñoescalón hasta la Plaza, por lo tanto está claro que este año la «mancha » que toca es más hacia el sur oeste del Peñoescalón, o lo que es lo mismo desde donde estuvo la Taberna de Pedrero hacia abajo; las Peñuelas Chicas para entendernos.
Allí es, calle San José, donde empieza oficialmente la Procesión, la calle de Candido Pelota, de Bando, de los Capaos, Paquillo Mendoza, algunos más y el Huerta.
Subirá girando a la derecha pasando por delante de la casa de la Magdalena Pernil y de Don Andrés Rite, el de don Segundo el Médico, seguirá hacia el «Cuartel de la Guardia que está en la callepiñuelas» , ¡Cuantas vivencias!, (Cristobal y Rufino hijos de guardia civil, era Cristobal el de la mancha a la altura de la ceja). Ea, ya hemos llegado a la casa de la Bernabea, fiel escudera de las Salesianas.
Tiramos ahora hacia la izquierda camino de los pocillos, se barrunta por allí el trasiego y el run run de palique entre las mujeres que van y vienen, cántaro en bandolera, algunas llevan incluso dos ; uno sobre la cadera y el otro sobre la cabeza, sí, sobre la cabeza, mientra otras, echadas sobre las «paneras» restriegan y restriegan hasta sacarle brillo a la ropa.
De aquí, hacia la izquierda subiríamos hasta el Molino, para nosotros era simplemente y nada más y nada menos que : El MOLINO de, el Cabezo del Molino. Este era nuestro punto de encuentro para, desde allí, comenzar la marcha por un caminíllo que bordeaba la vertiente norte del cabezo. Entre los relatos de aventuras inventadas y alguna que otra peleilla, andando, andando, sin darnos cuenta, estábamos ya ante la cancela de la Huerta de Pelota. Continuábamos, siempre en dirección a poniente, nuestro caminar bordeando la cerca huertana hasta llegar hasta el regajo. Era allí en donde estaba la, para nosotros, «inmensa» piedra y el charco del Tesoro para siguiendo un poco más adelante, por fin, llegar hasta la bocamina del Socavón de la Mariana.
En El Molino, imaginario ya, estarán esperando; Gorito, Juana «la loca», el Cote Cote, La familia entera de los Dogos, en fin, tantos y tantos entrañables personajes que nos hicieron una niñez tan feliz en aquél, entonces arrabal, de nuestro pueblo rodeado de cercaos y campo por todas partes, menos por el núcleo que conformaban el caserio de El CABEZOELMOLINO.
P. D.
Perdonenme que haya usado este subrrealista relato para confesar que casi no conozco nada del recorrido que hará la Virgen. A cambio, he intentado describir para los menos mayores, aquel Valverde que como yo, vivímos.
Feliz Fiesta a todos.