La SGAE (Sociedad general de autores y escritores) y Valverde del Camino. FISCOWICH

«Ni Cortina ni Limón ni Fiscowich…»

Con la música de «Mala Entraña« (Martinez Abades)», cuplé que popularizó a principios del pasado siglo Raquel Meller, los valverdeños de aquella época cantaban…

 

«El partido liberal … se desatína

porque  quiere que votemos a Limón…

y nos ponen por delante una Cortina…

y a nosotros, nos está chico el teló…ón.

Ni Cortina ni Limón, ni Fiscowich,

ni Rebollo, ni Tesifonte Gallego…

diputado por Valverde ha de salir, quien defiende los derechos del obrero

¡Valverdeño!, ¡valverdeños!

hay convencerse, sii..

hay que decirle a Limón,  ¡ que no !

y a Barriobero …¡sí!

Fiscowich, ¿quién era FISCOWICH Y DIAZ DE ANTOÑANA, FLORENCIO ? 

Nació en Almería, 1851, casado con Maria de Loreto Gullón y Regoyos, tuvieron  hijos Angela, Josefa y Alfonso (diplomático con la República y el dictador Franco, llegó a ser embajador en Ankara, retirado en 1954 murío en Irún en agosto de 1972 a los 89 años),  murió en Madrid el 23 de octubre de 1915.

Precursor de la Sociedad de Autores Españoles (SAE)

Las condiciones de los contratos no eran en absoluto favorables para los autores, quienes solían vender todos sus derechos sobre las obras, es decir, la propiedadabsoluta de las mismas por cantidades que no eran muy altas. Con frecuencia, los autores solían escribir a cuenta, mediante anticipos de obras que estaban redactando o iban a redactar. Eso les permitió a algunos salvar situaciones económicas críticas, aunque trajo como contrapartida una total dependencia de su «editor-banquero»

Los compradores de este tipo de obras no siempre eran editores, a veces se trataba de simples particulares que se hacían con la propiedad literaria de un autor como forma de inversión, adquiriendo los derechos sobre una obra de un autor español, o los derechos de traducción de obras de autores extranjeros. Con frecuencia, estos compradores vendían a su vez a editores especializados, con los que establecían contratos de explotación conjunta de algunas obras, o vendían totalmente sus derechos, obteniendo a cambio una cantidad por derecho de representación.

Esta situación se fue generalizando en la última parte del siglo XIX, y los autores, especialmente los de teatro y los libretistas, fueron vendiendo sus obras a un grupo de editores cada vez más reducido, que fue poco a poco copando el mercado. Se trataba de editores que garantizaban un pago pronto y seguro, y que formaron lo que en la época se llamaba «galerías líricas», que eran las propietarias de estas obras, y a las que había que pagar un canon si se quería representar dichas composiciones.

Así sucedió a Jackson Veyán, quien cedió tres obras a Enrique Larrumbe y Arregui, editor de la Biblioteca Lírico-Dramática, por 500 pesetas, reservándose los derechos de representación. Lo mismo hizo Javier de Burgos al vender varias composiciones a Eduardo Hidalgo (de la Administración Lírico-Dramática). El contrato, firmado el 10 de marzo de 1886, señalaba que Burgos: «…cede a perpetuidad en absoluto y sin reserva alguna» estas obras por 2.500 pesetas, con el compromiso de abstenerse a hacer ningún cambio en dichas obras sin el consentimiento  de Hidalgo.

Los compositores salían mejor parados, pues la legislación reconocía más claramente sus derechos, pero para poder representar sus partituras, necesitaban de copistas que pudieran ofrecerlas a las diversas compañías de teatro y variedades.

La figura del copista llegó a alcanzar tal importancia que en sus manos estaba la misma difusión de las obras, pues podía negarse a copiar una partitura si ésta no había obtenido un gran éxito en su primera representación.

Los compositores y autores se encontraban, pues, atados de pies y manos, y pocas eran las posibilidades de gestionar su producción artística.
En este contexto, nuestro hombre, Florencio Fiscowich y Díaz de Antoñana tuvo la idea de comprar, a perpetuidad, a los compositores el derecho de copia y de reproducción de los materiales de orquesta. Fiscowich adquirió los derechos sobre las obras que ya habían compuesto y sobre las que compondrían en el futuro, remunerándoles como nunca hasta el momento ningún copista había pagado a los músicos.

En aquel momento, Florencio Fiscowich era un joven editor que había heredado una de las galerías dramáticas más famosas: Alonso Gullón e Hijos, en la que había trabajado como gerente. Ya en esta sociedad, Fiscowich se había hecho con una importante cantidad de obras dramáticas y sobre todo musicales pertenecientes a otro editor, Ricardo Puente y Braña, que tenía deudas con Gullón e Hijos. La estrategia de Fiscowich fue enormemente exitosa para él, pues los autores, cansados de las arbitrariedades y tacañería de los copistas, acudieron raudos a venderle sus obras, de tal manera que su archivo musical acabó convirtiéndose en el más importante de los existentes, monopolizando, por tanto, el alquiler de materiales de orquesta. Si tenemos en cuenta, además, la densidad de la vida teatral de la España de la época, nos podemos hacer una idea del poder que llegó a tener Fiscowich.

Únicamente Ruperto Chapí fue consciente de la trampa que para compositores y compañías significaba la exclusiva otorgada a Fiscowich, origen de la Sociedad de Autores. 

En el origen de la Sociedad de Autores Españoles hay un personaje que personifica como nadie la lucha de los músicos y autores por gestionar sus intereses. Ese personaje no es otro que Sinesio Delgado. En 1898, tras quince años de trabajo en el periódico Madrid Cómico, Delgado decide abandonarlo y lanzarse a una nueva aventura: la secretaría de la Asociación Lírico-Dramática.

Sinesio Delgado tenía una larga experiencia en el mundo de la literatura y la música, pues aparte de su labor en el Madrid Cómico (1880-1912), había sido letrista de diversas composiciones que fueron representadas con diverso éxito.

*Mingote en su discurso de ingreso en la R. Academia hace referencia a él;

  » Se queja a menudo Sinesio Delgado, el director, de que al Madrid Cómico no lo invitan a la ópera, ni a las paradas militares, ni a los eventos a los que suele acudir la Prensa y en los que se le reserva un puesto. «¿Es que Madrid Cómico no forma parte del Cuarto Poder?» se pregunta el director, herido en su dignidad. «Sin embargo», argumenta, «lo compran, cuando sale, cinco mil ciudadanos ilustrados. ¡Llamarán Prensa a los papeles serios que tiran doscientos ejemplares!»

Inmerso como estaba en ese mundo, Delgado sabía de la situación, a veces crítica, en la que con frecuencia se hallaban muchos autores, los cuales, aguzados por la necesidad, vendían sus composiciones y perdían sus derechos sobre las mismas. Había observado
la valiente actitud de Ruperto Chapí, quien se había negado a vender sus obras a Fiscowich cuando la mayoría de los autores le habían cedido sus derechos por una cantidad que, si bien superaba a la de otros editores, les impedía obtener rendimientos mayores si sus obras tenían éxito. Generalmente, el problema estribaba en que los autores no se reconocían como profesionales, sino que delegaban la gestión de sus asuntos en otras personas. El proceso que condujo a la fundación de la Sociedad de Autores Españoles fue también el proceso por el que se fue asentando en la mente de los compositores y autores un sentido más profundo de lo que significaba la profesionalización en su campo. Debido a esto, el ejemplo de Chapí no fue comprendido por sus propios compañeros, quienes consideraban una locura su actitud. Chapí contaba con un prestigio profesional y una energía que le permitieron enfrentarse durante seis años a situaciones críticas, como el hecho de que se le negara el estreno de sus obras en muchos teatros. Aún así, supuso un punto de inflexión para el resto de los autores, pues mostró bien a las claras que era posible la independencia de los autores y compositores.

Sinesio Delgado, (Siniestro Delgado le llamaban sus enemigos) cuyo entusiasmo igualaba a la energía de Chapí, trató de conseguir que los autores encomendasen la administración de sus obras a la junta directiva de la Sociedad de Autores, Compositores y Editores de Música, cancelando sus contratos con los editores particulares como Fiscowich.

Sin embargo, ninguno de ellos quiso aceptar la arriesgada propuesta. Ante esta situación, Sinesio Delgado decidió ser él el primero
que diera el paso, y para ello se dispuso a poner término a los contratos que mantenía con los empresarios y traspasó sus obras a la Sociedad mencionada, cuya representación fue aceptada por la Junta directiva en las personas de Ruperto Chapí y Eusebio Sierra. De este modo, Sinesio Delgado se convirtió en el primer autor español cuya obra estaba siendo gestionada por una sociedad formada por autores y compositores de música.

FLORENCIO FISCOWICH Y DIAZ DE ANTOÑANA y VALVERDE

  • Diputado electo por la Circunscripción de Huelva, Distrito de VALVERDE DEL CAMINO en las Elecciones del 8 de mayo e 1910.
  • Legislaturas ; 1910-1911  y 1911-1914
  • Electores:  19624
  • Votantes: 13784
  • Votos obtenidos: 11890
  • Número de Credencial: 230
  • Fecha de alta : 16 de mayo de 1910
  • Fecha de baja: 2-01-1914
  • Fecha de jura o promete: 30-6-1910

La VANGUARDIA 25-6-1910

«La comisión de incompatibilidades dio ayer
tarde dictamen favorable, proponiendo la admisión
como diputado por Igualada al señor
Godo (don Juan); por Huelva, á los señores
Burgos, Moreno Calvo y Buen; por Almería, á
los señores Silvela (don Luis), Serrano y Besada;
por Carmona, ai señor Domínguez Pascual;
por Valverde del Camino, al señor Fiscowich,
y por Vitigudino, al marqués de Puerto
Seguro.»

5 Comentarios »

  1. Hola Doria. Soy biznieta de Florencio Fiscowich. Me ha sido muy clarificadora la información tan interesante que ha publicado. Estoy intentando conocer mas a fondo mis antepasados y el arbol genealogico. Hay alguna direccion de correo que me pueda facilitar para plantearle alguna cuestión concreta y relativa a los origenes del apellido Fiscowich? Sabe si Florencio Fiscowich tuvo hermanos o de la llegada de los Fiscowich a España? Sabemos que sus padres se llamaban Mateo y Josefa.
    Muchas gracias por su articulo, y por la informacion que en su caso pueda aportarnos.

    • Hola Mercedes, me llamo Claudia, soy una antepasada de Maria de Loreto Gullón y Regoyos, yo también estoy haciendo el árbol genealógico de mi familia y me gustaria completar esta rama, si vosotros habéis encontrado algo me gustaría hablar para poder completar mi árbol.
      Muchas gracias.
      Un saludo

    • Hola Mercedes. Tengo un antepasado que se apellidaba Verdegay Fiscowich y nació en Almería, al igual que Florencio Fiscowich. Por las fechas parece que mi antepasado Joaquín Verdegay se casó con alguna Fiscowich. Si quisiérais compartir alguna información conmigo os lo agradecería mucho. Creo que son dos apellidos poco comunes y resulta muy interesante averiguar cosas. Muchas gracias

  2. Hola, estoy buscando la música cde la obra Los Músicos de majalandrín, al parecer del Sr. Florencio Fiscowich. Por favor me puede indicar dónde puedo conseguirla? se lo agradeceré mucho pues mis hermanos y yo queremos hacer esta obra para mis padres que en este año cumplen 90 y 80 años y les encantaba esta obra.
    Agradezco su aten ción y quedo en espera de su amable respuesta.

    Marcia García Miranda
    México

  3. Hola, estoy buscando información sobre Florencio Fiscowich para mi tesis doctoral, ¿conoce algo más sobre la etapa de Fiscowich como diputado del distrito de Valverde del Camino o de su actividad como editor musical?
    Gracias

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