De aquí a una semana, el miércoles por la mañana.
El momento
Tras una larga noche, corta y escasa en dormires pero rica en sueños sonará siete veces la campana del reloj de la torre de la Iglesia de mi pueblo, Valverde del Camino, ya de día, miercoles anterior al domingo de pentecostés, en junio esta vez.
Llegó el momento, de nuevo un año más, la esperanza llega a su culmen para, de nuevo dar paso a la nostalgia que ya comienza; es un vivir y «revivir» intenso, constante minuto a minuto, mes a mes, año tras año.
Son cientos de miles de rocios, centenares de miles de corazones sintiendo, cada uno en lo suyo y el suyo con el tuyo, a veces a compás, descompasados otras veces. Un rato, un olor, un rato bueno, a veces malo.
Todos nos vamos, juntos nos vamos todos pero cada uno por su «camino», en su mundo; rezando, cantando, musitando…o callando, caminando todos; quietos parados y andando, yendo o quedando… ¡ rocio de los sentimientos ! ¡rocio del agobio! ¡rocio del canto!
«Quizás, este año no pueda… «dice Cristina, cantando su sevillana, y ya, está «andando».
Miércoles de Valverde, en una semana, y ya está empezando.
«Al Rocio yo quiero volver…»