Obdulio Hidalgo
Poeta
EL VIAJE DEFINITIVO
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincon de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espiritu errará, nostalgico.
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
«El agua dulce y salada
de Fuentepiña y el mar
te fue lavando los versos
entre paredes de cal.
Blancura blanca en tu alma,
verso limpio en tu costal,
la prosa de tu «Platero»
-brisa y luna, luz y cal-
se hizo amor en los esteros,
carabelas sobre un mar
de amapolas y trigales
que inquietan tu soledad».
OBDULIO HIDALGO. (Extraido de un poema escrito en una servilleta de papel durante un homenaje a Juan Ramón. (1984))